“Estas son las palabras de Nehemías hijo de Jacalías: Sucedió que en el mes de quisleu, del año 20 del rey Artajerjes estando yo en la ciudad de Susa, llegó Jananí, uno de mis hermanos, junto con otros hombres de Judá. Entonces les pregunté por el resto de los judíos que habían escapado del exilio y que vivían en Judá, y también les pregunte cómo estaba la ciudad de Jerusalén. Ellos me dijeron: «Los judíos que sobrevivieron al cautiverio están en graves dificultades. Las murallas de Jerusalén continúan derribadas y sus puertas consumidas por el fuego». Cuando escuché esto me senté a llorar, lleno de dolor. Me sentí muy triste, durante varios días ayuné y oré al Dios del cielo” NEHEMÍAS 1: 1-4 BIBLIA PDT
Hay momentos en que uno se detiene en sus pensamientos, y ante las circunstancias desfavorables, el desánimo general, la impotencia, y la incertidumbre, se pronuncia a sí mismo una sentencia negativa que peca contra uno mismo: “no tengo nada”. Ese día también le llego a Nehemías en su cómoda función como copero del rey de Persia.
Una novedad trágica llega a sus manos, como si él pudiera hacer algo: No es un arquitecto, no es un militar, no es un estratega, tan solo un copero eunuco en la corte más poderosa de su tiempo. Está solo y sin recursos frente a la situación. Pero permitime señalarte que es lo que sí tenía Nehemías y que lo impulsó hacia adelante:
1. Nehemías tenía una personalidad:
El recurso principal que no te puede faltar sos vos mismo. Este libro de la biblia no comienza “estas son las palabras de Dios por el profeta tal..” “Este el mensaje de Dios…” “ Nehemías profeta de Dios a ….”, el libro comienza así “Palabras de Nehemías hijo de Jacalías….” Demás está decir que conocemos a Nehemías por el relato bíblico nomas, y menos sabemos nada de un tal Jacalías. Pero en su cultura judía el linaje era muy importante: ser alguien hijo de otro alguien, no era un dato menor. Dios le dio una personalidad. No desprecies quien sos. Ser quien sos, con tus virtudes y defectos, aceptarte tal cual, es la mayor herramienta para comenzar a andar en la vida. No te deseches y no permitas ser desechado: hay un valor especial en quien sos, por ser único (original, sin copias, menos mal dirás vos jaja), y ser creado por Dios.
2. Nehemias tuvo un deseo ardiente:
Nadie entraría en angustia, con oración y ayuno, si no tiene interés en el asunto. Nehemías tomó el caso como su preocupación principal: estaba en juego su nación. Supera el pánico inicial y toma una primera acción: oración y ayuno, lo cual además del acto religioso y/o espiritual, sugiere también un tiempo de reflexión, de pensar, de buscar orientación: ¿Qué hago con esto?...
3. Nehemías tiene el motor de la Fe:
El primer recurso que Nehemías utilizó fue: mirar para arriba, clamar a Dios. Es tu primer recurso externo y el mío también. Pero a esta altura Nehemías logró una doble fe, que te invito a tener vos también: creyó en sí mismo y en Dios. No quedó en estado de shock estacionado, paralizado, o desinteresado. Creyó y actúo en consecuencia:
“Señor, te ruego que escuches la oración de este siervo y de todos tus siervos que se complacen en darte honra. Haz que me vaya bien hoy y cuando me presente ante el rey ayúdame a ganarme su favor”. NEHEMIAS 1:11 BIBLIA PDT
Ideó un plan, que quienes conocemos la historia completa, sabemos que terminó en la dirección de una gran reconstrucción de una nación, en todo sentido. Pero se propuso un segundo paso: luego de la Fe vendría la acción concreta: ahora con esa seguridad en sí mismo y en Dios, iría ante el rey más poderoso de su tiempo. Le llevaría esta situación, solicitaría los recursos que aún le faltan.
Nehemías va a “ganarse el favor” del rey de Persia. Vos querido lector: ¿Dónde está tu próximo desafío, la próxima puerta para tocar, el favor para obtener? Que el mismo Dios de Nehemías te impulse, déjate llevar por la doble fe en vos mismo y en Dios y…. ¡adelante!