El mundo está cambiando a una velocidad inimaginable. Aun antes de la Pandemia Global. Ningún siglo en la historia de la humanidad ha vivido tantas y tan radicales transformaciones sociales como en estas 2 décadas. El efecto del virus COVID19 trajo además de cambios acelerados, una angustia relacionada con la aparición de un mundo nuevo, con transformaciones en curso, inesperados.
Previo al 2020 el mundo ya estaba envuelto en verdaderas transformaciones sociales como los derechos de las mujeres, la ecología con los cambios climáticos, la revolución digital, la caída de las instituciones políticas, el surgimiento de un fuerte nacionalismo en los países centrales, corrientes migratorias que afectan las regiones, una cada vez mayor desigualdad económica en la población del planeta. Temas complejos que no dejan de estar en las agendas de políticos y de los medios de comunicación.
Es sin dudas un verdadero CAMBIO de ÉPOCA, inimaginable al comenzar el siglo, lo que antes era, ahora parece no ser. Cambios profundos en la manera de relacionarnos debido al desconocimiento del contagio del virus, lo tecnológico que en una año se ha visto desafiado a acelerar sus procesos, los hábitos del trabajo o el estudio que cada vez más mutan hacia realizarlo a distancia, las creencias que han sido puestas a prueba, las emociones uno de los interrogantes que médicos y psicólogos aun no se animan a pronosticar.
Estos cambios, bruscos, no esperados nos producen efectos tanto positivos como negativos. Por naturaleza no somos proclives a los cambios, amamos la “Zona de Confort” es cómoda, conocida, manejable … ¿no?
Más allá de lo que nos toca vivir, la pregunta válida es: ¿Cómo adaptarnos a este cambio de época?
Como dice la famosa frase “el cambio es inevitable, tu eliges cambiar por dentro y verás lo de afuera como una oportunidad”. Por eso la pregunta: ¿me afecta o me favorece este tiempo de cambios? ¿qué estoy viendo cuando veo lo que veo a mi alrededor?
Sin dudas la realidad la vemos desde el “anteojo” que fuimos fabricando en nuestra mente a lo largo de la vida, pero lo que va a determinar el tipo de observador que seremos es nuestra manera de comportarnos.
Estamos ante nuevas oportunidades, puede ser que estés en proceso de cambiar algo de tu vida, una ocupación, una relación, un hábito, un lugar … como dije, todo cambio conlleva una crisis en sí misma que de acuerdo al “anteojo” que uses puede ser tomada como una oportunidad o una amenaza.
Recordá esto, puede haber una ola de cambios a tu alrededor, pero lo que determinará si esa ola te lleva puesta o no es tu IDENTIDAD, en esencia, lo que vos crees de vos mismo.
El cambio está en vos, No lo busques en otros.
- Generá acciones que provoquen cambios que mejoren tu actualidad.
- Ocupate de la zona que podés influenciar, no te ocupes del clima, del dólar, ni de lo que hace el FMI, vos no podés cambiar nada de eso, ¡no gastes tu tiempo ahí!
- Llená tu boca con palabras optimistas, te ayudarán a cambiar la atmósfera de tu sitio
- Escapate de los ambientes tóxicos, reunite con gente de FE, que tenga metas claras (visión), ellos te ayudarán a crecer.
- Abrí las ventanas y gritá “¡PUEDO HACERLO!”