Nos preguntamos cómo desarrollarnos permanentemente en las esferas personal y familiar; en el trabajo y los emprendimientos y también en nuestra área de influencia hacia los demás.
Hemos dicho que envejecer es inevitable pero crecer depende de cada uno de nosotros.Entonces, ¿Cómo hacemos para crecer de manera permanente?
Esta es una de las tantas preguntas cuya respuesta no es fácil, ni tampoco llega de un saque. Son hábitos y rutinas que si las mantenemos de manera diaria seguramente seremos movidos de la manera buscada.Lo cierto es que debemos ser intencionales en la gestión de nuestro desarrollo.
Según el diccionario gestionar es dirigir y administrar algo para conseguir un resultado, y esto se aplica en cualquiera de las facetas: personal, familiar, trabajo, negocios o servicio a los demás. Son sinónimos de gestionar: manejar, conducir, dirigir, coordinar, tramitar o diligenciar.
¿Por qué debemos gestionar nuestro crecimiento? Porque este no llega solo de manera automática. El pastor y reconocido autor en temas de liderazgo John Maxxwell remarca este carácter indicando que a diferencia de los quesos y de los vinos, las personas no necesariamente mejoran con la edad. Maxxwell agrega que “No puedes esperar que la sabiduría llegue automáticamente con la edad. A veces la edad llega sola”.
Sobre el primer componente: la dirección podemos decir que para que el crecimiento llegue de manera sostenida debemos apuntar hacia un destino, un horizonte que a manera de brújula nos guiará luego.
“No hay ningún viento favorable para el que no sabe a dónde va” dijo el filósofo Séneca y en este contexto refleja la importancia de la dirección apropiada para luego poder aprovechar todos los vientos y circunstancias de la vida.
Cuando alineamos nuestro crecimiento de cara a motivaciones que tienen que ver con nuestro propósito en la vida, todas nuestras acciones fluyen y es muy fácil sostener cualquier disciplina posterior. Es por ello la importancia de establecer primero la dirección antes de pasar a cualquier rutina o proceso de aprendizaje.
El segundo contenido de la gestión tiene que ver con disciplinas y procesos y estos solo pueden ser sostenidos si hay una gran motivación en la vida que nos empuja hacia delante. Una de las causas principales de no poder sostener el desarrollo es la carencia de una gran dirección en la vida.
Todos tenemos un diseño único e irrepetible y en nuestro ADN están las coordenadas que indican a dónde debemos ir. Conocer ese destino propio de llegada, se transforma en un horizonte vital delante que será fuente de inspiración y energía permanente. Con ello no necesitaremos de recompensas externas y además podremos afrontar cualquier cambio personal.
Compartimos algunas preguntas que utilizamos para establecer la dirección:
- ¿Por qué fui creado y qué es lo que debo hacer?
- ¿Para Qué, lo debo hacer?
No importa hoy que las preguntas no obtienen una respuesta, lo importante es que no dejes de hacerlas. Si persistes, las respuestas llegarán. Victor Frankl el fundador de la Logoterapia, una de las tres escuelas de psicoterapia en el mundo una vez dijo “Quien encuentra los porqué para vivir descubre siempre los como”.
Alguna vez te has preguntado porque las resoluciones de fin de año no pasan a veces el primer trimestre?
Esto ocurre en nuestra experiencia porque al no haber una motivación basada en un propósito de vida luego las circunstancias, los afanes y los problemas cotidianos son como el calor en las piedras, como las aves del camino y como las espinas que ahogan, secan y comen lo que debería ser importante pero que al no tener raíz se transforma en algo pasajero.
Al no haber un sentido de vida claro la persona gira su atención a las circunstancias y problemas cotidianos que son siempre más fuertes que una efímera resolución de fin de año. Como no hay algo trascendente por lo que luchar, se vuelve cada año al casillero inicial.
Por ejemplo, no es lo mismo tomar una vez más la decisión de hacer dieta porque nos notamos excedidos de peso para mejorar nuestra imagen, que tomar la determinación de abrazar hábitos de alimentación y ejercicios saludables para vivir bien en la vejez, poder viajar y disfrutar a nuestros nietos. Una misma determinación aparente, pero sustentada en motivaciones diferentes.
De igual manera si mi meta es ganar para cambiar la casa, el el auto o tener un mejor pasar económico (lo cual no está mal) la decisión de iniciar una carrera universitaria, no tomar vacaciones y tener largas jornadas de trabajo y privaciones no tendrán la misma duración si la meta está enriquecida por haber descubierto que mi propósito es ayudar a otros por intermedio de mis recursos y mi conocimiento. Misma meta, pero fundada en motivaciones distintas, y así podríamos continuar con todos los casos.
Cuando alineamos nuestras acciones a una motivación trascendente el crecimiento deja de ser algo ocasional y ya no depende de impulsos, de la última prédica escuchada, de la oración del pastor o de avatares y circunstancias de la vida sino que se transforma en un hábito.
El segundo componente de la gestión y responde a la siguiente pregunta: ¿Cómo lo debo hacer?
Administración significa un conjunto de funciones o pasos que debemos realizar para lograr ese fin. En esta ocasión enunciaremos 5 principios que hemos visto nutren los procesos y rutinas que deberás poner en marcha en las decisiones que tomes para crecer:
1. “Nuestra mente siempre tiene razón: Sí creo que puedo, puedo.Si creo que no puedo, también estoy en lo cierto”: Una dirección fuerte y una confesión en la motivación nos llevará a alentarnos a diario, a ser agradecidos en todo momento y a congratularnos de manera permanente por los pequeños logros. Estos hábitos forjan una mente positiva. Debes creer que hoy tienes todo lo que necesitas para tu próximo paso. No cien pasos adelante, pero para el próximo tienes todo.
2. “Solo si lo espero y trabajo por ello podrá ocurrir”: Es la parte dos del principio anterior y nos orienta a ser intencionales sobre cada palabra o sueño recibido. Dios ya hizo su parte y está en nosotros accionar ya que siempre se trata de creer, pero con acciones o dicho de otro modo, de esperar pero de manera activa. Debemos agregar acciones y verbos a todas nuestras creencias, recordemos que una fé sin obras no es fé.
3. “Una montaña en el horizonte”: Si establecemos un horizonte lejos de nosotros, ese horizonte nos impulsará a nunca detenernos ya que a medida que avanzamos también el horizonte se corre. Aunque nunca lleguemos a ese horizonte, este nos mantendrá siempre erguidos y caminando.Esa es su principal función. Es probable que no ocurra el 100% de lo que deseas, planeas y accionas. Pero es seguro que si no lo haces, ocurrirá el 100% de nada.
4. “Pensamiento Scooter”: Un“Scooter” nunca compite contra un vehículo mayor sea una moto o automóvil, pero le gana por goleada al caminar. Esta es una imagen que utilizamos para establecer un modo de pensar en el desarrollo personal y los emprendimientos. Las personas no arrancan ni siguen intentando porque buscan ir de cero al sueño completo, sin escalas. Y eso es un error ya que o bien la imagen los paraliza antes de comenzar o bien el error cuando llega -y siempre lo hace- los desalienta. Pero si la inversión es acotada y el viaje es corto, el viaje se transforma en un proceso de aprendizaje rápido y económico. Pensar como una “scooter” es entender que el próximo paso nunca compite contra la mejor versión de lo que será, sino contra la que ejecutamos ayer.
5. “Errar no es fracasar”: Se relaciona con el anterior principio y nos lleva a comprender que el fracaso real es no haber intentado y no continuar intentando cumplir con nuestro propósito. Todo intento fallido debe ser interpretado como una forma de no hacerlo, y no como una sentencia que nos indica que no servimos o que esto no es para nosotros. Siempre reflexionamos que un niño de uno o dos años cuando está aprendiendo a caminar, luego de pelarse las rodillas una y cien veces, nunca dice: Caminar no es para mi, no lo intento más.
El desarrollo no es algo que llega de la noche a la mañana sino cada mañana y para que nuestro propósito, deseos y metas ocurren lo que debemos hacer es pensarlo como un proceso permanente y no como algo que tiene principio y fin.
Si vemos nuestros días por delante de esta manera tarde o temprano lo que deseamos llegará y nuestra visión en el proceso será enriquecida.Sin una visión clara, se estarán sujetos a los avatares de la vida pero por el contrario, un propósito claro sostendrá al desarrollo permanente.
Con una dirección y sentido claro en nuestra vida es sencillo sostener cualquier determinación que tomemos sobre deseos, metas y objetivos porque la motivación será lo suficientemente fuerte como para sostener las rutinas aún a pesar de las circunstancias. ¡Vamos por ello!