Entendiendo que las festividades de fin de año son algo puesto por la sociedad, y que todo lo que de nosotros deviene es imperfecto, al momento de llegar el 31, a las 12 de la noche, tiempo tradicional de levantar las copas, es de esperar que todo un abanico de emociones se conjugue en cada uno de nosotros.
El 2021 para la mayoría, quedará grabado en la memoria como un punto de inflexión en sus vidas.
Honramos a quienes tendrán que pasar este tiempo con el dolor de haber perdido amados, y oramos para que reciban el consuelo sobrenatural de Dios, el coraje y las fuerzas para reinventar su futuro.
También estarán aquellos que luego de haber pasado por diferentes situaciones, levantarán su copa con gratitud, resignificando la vida.
Lo cierto es que nadie podrá llegar a las 12 de la noche de igual manera que en años anteriores, algo cambió en la sociedad y eso es para todos.
Ante la evidencia de lo corta y efímera que puede ser nuestra vida, cosas que antes eran importantísimas, pasaron a un plano totalmente secundario y cada uno de nosotros, de acuerdo a la experiencia vivida, pondrá nuevos énfasis para el 2022.
La única verdad inamovible, inalterable es que Jesucristo sigue siendo el Rey y su amor para con nosotros es eterno, así como sus promesas:
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: ``He aquí, yo hago nuevas todas las cosas”. (Ap 21:4-5a)
Ante el escenario que vivimos el 2021 y de cara al 2022, tomarnos el tiempo necesario para estar a solas delante de Jesús, pidiendo Su Palabra vectora para nuestras vidas, es hoy más que nunca un imperativo personal.
Las últimas horas de cada año solemos utilizarlas para hacer un balance, de las cosas que nos habíamos propuesto el año anterior y en base a esto nos replanteamos el nuevo año.
He aquí una forma práctica de organizar en oración, con papel y lapicera en la mano, nuestro 2022:
1. Orientados al futuro
“Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. (Mt 7:8)
Desarrollar una clara visión de cómo queremos que sea nuestro futuro para el siguiente año y aún animarnos a visionarnos dentro de los próximos cinco años sobre cómo quisiéramos vernos en el futuro, nos posicionará como únicos responsables delante de Dios, de hacer y dar lo mejor de nosotros para que ese futuro sea una realidad.
2. Orientados a las metas
“Determinarás asimismo una cosa, y te será firme” (Job 22:28)
Habiendo entendido la visión de lo que queremos lograr, para que eso suceda habrá que trazar el plan y este ha de contemplar las diferentes metas para el 2022, luego hemos de trabajar en cada una de las metas, cada día hasta lograr concretarlas. En pos de eso, tendré que saber que cosas tendré que dejar de lado para ir tras mi objetivo. Ejemplo: si me veo recibida en el 2027, tendré que escribir cuáles serán todas las materias que tendré que rendir bien en el 2022. Cada una de ellas será una meta a lograr y tendré que planificar cuantas horas por día le dedicaré para que esto sea una realidad.
3. Orientados a la excelencia
“Y en todo negocio de sabiduría e inteligencia que el rey les demandó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino”. (Dn 1:20)
Resolver ser los mejores en lo que sea que hagamos. Detectar cual es la o las habilidades que nos hacen únicos en lo que hacemos y comprometernos ha desarrollar esas habilidades con total excelencia, para lo cual hemos de capacitarnos a diario.
4. Orientados a los resultados
“Aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. (Ef 5:16)
Si lo analizamos, recibimos siempre la paga por los resultados que obtenemos para otros (en los diferentes órdenes de la vida). Arrancar cada día con una lista por orden de prioridades, preparada con antelación la noche anterior. El objetivo es concentrarnos siempre en usar cada hora de nuestro día en las actividades de mayor valor.
5. Orientados a las soluciones
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”. (Sant 1:5)
La vida presenta una sucesión de problemas, dificultades, desafíos, reveces, adversidades, contratiempos y fracasos temporales. El modo en el que respondamos a estas subidas y
bajadas, determinará nuestro avance y progreso. La meta es focalizarnos en encontrar la solución, no perder tiempo en ver a los problemas como la excusa para no continuar hacia nuestro objetivo.
6. Orientados al crecimiento
“El corazón del prudente adquiere conocimiento, y el oído del sabio busca el conocimiento”. (Pr 18:15)
Llevar una vida de aprendizaje permanente. En un mundo donde lo único cierto es el cambio, lo que estudiamos hace unos meses ya se modificó o fue ampliado o abolido por una nueva tecnología. Sólo tener el hábito de la capacitación permanente nos permitirá continuar ocupando nuestra posición y mejorarla. Para esto hemos de tener como meta el utilizar el mismo o igual tiempo a capacitarnos en nuestra especialidad, que el que le dedicamos a otras actividades que nos pueden parecer más “gratificantes” (redes sociales, leer noticias generales en la web o mirar TV).
7. Orientados a la acción
“El alma del perezoso desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será prosperada”. (Pr 13:4)
Solemos mirar series porque nos proveen toda la acción que les falta a nuestra vida. Si deseamos tener logros significativos, hemos de desarrollar un sentido de urgencia hacia la acción, lo sintamos o no lo sintamos. La única manera de tener logros es haciendo, lo correcto en el momento correcto, lo sintamos o no.
Necesitamos rehusarnos a perder nuestras fuerzas pensando o hablando todo el día de aquellas cosas que nos hacen infelices o sobre problemas y dificultades. Tenemos que desarrollar el hábito de concentrarnos en nuestros objetivos y actividades más importantes.
Determinarnos a pensar y hablar en términos de soluciones y oportunidades, y sobre todo, estar orientados continuamente todo el día, todos los días, a la acción, hacia lo que realmente queremos
lograr en el 2022, orando cada día para que Jesús ordene nuestros pasos hacia Su propósito para nuestras vidas.
“Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas”. (Pr 3:6)
Extraído del libro “The Phoenix transformation”, by Brian Tracy, 202