Como vos sabés, me muevo por ambientes donde las personas buscan atesorar objetos y productos que con el tiempo no pierdan valor, es más, logren ganarle a la inflación. Y así buscan en las monedas llamadas “duras”, o en las “virtuales”, los activos financieros bursátiles y tantos otros objetos disponibles en el Mercado.
Pero ¿qué de la esperanza, esa intangible necesidad que todos buscamos para darle certidumbre a nuestro futuro?
En medio de la crisis sanitaria y económica que vive nuestra sociedad, muchos han visto dañada su condición económica y hasta perdido su situación laboral, esa actividad que les permitía mantener un status y significado ante sus semejantes. Más allá de estos hechos económicos quisiera que pensemos en el daño que pudo haber ocasionado esa falta de esperanza en nosotros mismos, y en cómo eso afecta nuestra realidad.
Por definición, esperanza es, entre otras, “la confianza de lograr que se realice algo que estoy deseando”. Y aquí tenemos el primer punto que observo: estamos transitando un camino diario en el que hemos perdido la confianza.
La clave una vez más es ser consciente de esto y equiparse, aprendiendo a ser perseverante y a rodearte de gente y medios que colaboren a desarrollar este valor en tu vida!!