Cómo hacer la diferencia

Escrito por
Pr. Daniel Gonzalez


Este momento del año puede ser el indicado para buscar la voluntad de Dios y hacer los ajustes necesarios que nos permitirán concretar nuestros sueños.

Hace unos días, el pastor Carlos Mraida nos habló acerca del propósito de Dios para nuestra vida: ser entendidos en los tiempos. Él se refirió al pasaje: Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
Obedecer a Dios es nuestro propósito, eso es para lo que Él nos ha creado, nos ha traído a esta tierra. Y esa es una corona incorruptible.

Debemos hacer sacrificios
Quiero llamar tu atención sobre la palabra acerca de que debemos hacer sacrificios:
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura (…). 1 Corintios 9.25-26
Es un tiempo en el que se trata de evitar el sacrificio, ¿no? La otra vez miraba una propaganda en televisión que dice: ‘Esta faja a usted le hace parecer diez kilos más delgado’, en lugar de decirte: ‘Baje esos diez kilos porque es mejor para su salud’. Lo que te recomiendan es: ‘ponete un camuflaje’. Me imagino cómo te quedaría el ‘mondongo’ adentro de la faja, el día que te soltaran esa faja habría una onda expansiva, ¡ja, ja! Pero tratamos de evitar todo sacrificio: ‘compre hoy, pague mañana’. Ya quieren que en la Facultad no haya exámenes, que por asistir ya te aprueben, así es la mediocridad imperante que hay.
Yo insisto en llamar tu atención sobre el sacrificio: las cosas que valen, cuestan y si vos querés progresar en cualquier área de tu vida y sobre todo querés esa corona incorruptible que es agradar a Dios en lo que Él te ha llamado, el propósito de Dios para tu vida, como tantos hemos aprendido en este tiempo, tendrás que estar dispuesto a hacer acrificios. Quizás para crecer en tu trabajo o en tu profesión tendrás que capacitarte, que dedicarle un tiempo extra, que sacrificar cosas buenas, como algún tipo de recreación, porque deberás pagar un precio.
Hace un tiempo, escuchaba en la radio un informe que me alarmó: la gente se quejaba porque como los programas de televisión Cantando…, Bailando por un sueño y Montecristo empezaban muy tarde, Después se acostaban más tarde y entonces al otro día iban a trabajar fundidos. Ahora vos, imaginate ir a tu trabajo fundido por mirar Bailando… o Montecristo. Si vos vas fundido porque te quedaste estudiando para recibir un título, o estás inventando algo, entonces ahí se justifica, pero esta gente se quejaba en vez de apagar la ‘tele’ e irse a dormir y al otro día estar despiertos para hacer negocios, ¡no!, al otro día están ahí como‘marmotas’ por no haber descansado lo que corresponde.

Con poquito se hace la diferencia
Nosotros insistimos en que con poquito se puede hacer una diferencia. Con estar despierto ya hacés una diferencia en este país, es una tierra de oportunidades donde fluye leche y miel, y también, ‘giles’. Si vos te ‘avivás’ un poquito no más, ya te diferenciás.
Por eso quiero decirte que estamos llamados a hacer sacrificios, en la manera de administrar tu tiempo, de seleccionar tus prioridades, estar entrenados para decir que no, aun a cosas que son buenas y que por ahí no agradan a los que reciben el no, pero dice la Palabra de Dios que aquel que lucha, que verdaderamente quiere obtener el premio, ‘de todo se abstiene’. Es acerca del sacrificio de los que obtienen el premio, de aquellos que no corren a la ventura, de aquellos que verdaderamente se quieren destacar.
¿Sabes? las personas de alto rendimiento se comportan como atletas, sea médico, hombre de negocios, ingeniero, se comportan como atletas: cuidan su salud; su tiempo; como se dice hoy, ‘afilan el hacha’; se capacitan y esto es necesario para obtener buenos resultados. Junto con la preciosa palabra, agregá la abstención, el sacrificio. Por eso también el apóstol Pablo en un pasaje dijo:
‘(…) todo me es lícito, más no todo me conviene (…)’. ‘¿Está mal mirar Montecristo, Pastor?’ ‘¡No querido, no matás a nadie!’. Pero fijate si es lo que te conviene si al otro día estás dormido, es decir, fijate, conforme al propósito de Dios para tu vida, si eso es lo mejor.

Junto con la palabra rhema agarrá el remo
Antes de seguir, recordemos que cuando hablamos de rhema nos referimos a la palabra de Dios específica para nuestra vida. Aquella que al leer la Biblia, que es palabra de Dios, sentimos que ‘salta’ a nuestros ojos y toca nuestro corazón, la que nos hace pensar: ‘Esto es lo que Dios me está anticipando para mi vida’.
Ahora te digo: junto con la palabra rhema agarrá el remo y ponete a remar hasta que la rhema se vea hecha realidad en tu vida…, firmado Rómulo y Remo,¡ja, ja! Junto con la palabra de Dios que recibiste que te dice, por ejemplo, que vas a tener tu casa, ponete a ahorrar; la rhema ya está, falta el remo, la rhema está asegurada, viene de parte de Dios, el remo lo tenemos que agarrar cada uno de nosotros y conforme a esa rhema, ponernos a remar.
En esta semana estuvimos charlando con mi esposa, y conforme a lo que queremos lograr en este año, le fuimos poniendo precio a todo, y no solo un precio de tipo económico sino un precio de tiempo, un precio de sacrificio, un precio de esfuerzo y de decir que no. Entonces a aquellas cosas que querés lograr en tu vida personal, en tu vida profesional, en tu economía empezá a ponerle precio al lado. ¿Cuántas horas voy a dedicar de estudio? ¿Cuánto vamos a ahorrar por mes? ¿Cuántas cosas vamos a dejar de hacer para obtener buenos resultados? Poné el precio a las cosas que querés lograr, porque, si no, va a llegar fin de año y de vuelta la tapita de la gaseosa te dirá: ‘Seguí participando’, sin lograr nada.
Por eso este momento del año es una buena oportunidad para buscar la voluntad de Dios para nuestras vidas, para buscar esa rhema, pero también para agarrar el remo y colocar el precio que vamos a tener que pagar y quiero darte un secreto: cuanto antes empieces a pagar el precio, antes vas a empezar a cosechar los resultados en tu vida, cuanto más te demores, más se va a demorar verlo cumplido en tu vida.
Fijate aquellas cosas que vas a tener que sacrificar, y todo esto es lo que significa‘sacrificio’: esfuerzo, disciplina, tenacidad, perseverancia, constancia. Abstenerse, dar para eso y resignar otras cosas. Dios te va a sorprender, porque el favor de Dios está sobre tu vida. Cuando Dios te ha dado una rhema, Dios la va a cumplir conforme a su voluntad, pero cada uno de nosotros tenemos que hacer nuestra parte. Mi oración es que comencemos a hacerlo cuanto antes, a ver si por ahí Dios nos sorprende y mucho antes de que termine el año ya tenemos esa rhema hecha realidad en nuestra vida, tenemos esos sueños, esos proyectos concretados y podemos testificar de su amor y de su poder.