Pies Mojados: Monumento

Escrito por
Pr. Carlos Mraida


Por qué Pies Mojados? Hay un relato muy tremendo en el libro de Josué en los capítulos 3 y 4. Dios le manda a su pueblo que finalmente entren a la tierra prometida. El temor se había apoderado de todos los pueblos enemigos. Todo estaba listo para que Israel tomara en posesión la tierra que Dios les había prometido. Se levantan bien de mañana y se encaminan hacia el límite con la tierra prometida. El límite era el río Jordán. Para poder entrar a la tierra maravillosa que Dios les había prometido, ellos debían atravesar el río Jordán. Y apenas se paran frente al río Jordán, ese pueblo que tenía la determinación de entrar, cuando se paran frente al obstáculo real que era el Jordán, no avanzan, sino que se quedan detenidos 3 días frene al río.

La fe y la determinación con la que se levantaron a la mañana ya no era la misma cuando se pararon frente al río y vieron esa inundación. Pero Dios les dice: los sacerdotes van a pasar primero con el arca del Pacto que representa mi presencia. Y cuando los sacerdotes se mojen los pies, entonces, yo voy a abrir las aguas del río en dos, y todo el pueblo pasará en seco.

Dios les ordena, primero mójense los pies y luego yo abro el Jordán. Nosotros funcionamos al revés. Le decimos al Señor: hacé el milagro, abrí las aguas, y entonces yo cruzo.

Los pies secos representan nuestra zona de seguridad, de comodidad, nuestro control, lo que tenemos. Porque cuando te mojás los pies entonces se abre el Jordán, el obstáculo cae y Dios hace que caminemos en seco.

Y a Josué, le dijo: Desde este día comenzaré a engrandecerte. Pies mojados, derriban obstáculos, el milagro ocurre, y Dios empieza a engrandecerte.

Finalmente los sacerdotes lo hacen, toman el Arca del Pacto, y empiezan a pisar las aguas y avanzar desde la orilla hacia adentro del río. Y ocurrió lo que Dios les había prometido, se formó como un embalse y las aguas que ya estaban corriendo se acabaron en el Mar Muerto, y el pueblo pasó en seco.

Vas a ver cómo Dios hace tierra seca en medio de la inundación. Y quiero decirte que las aguas no te anegarán.

Si vos te atrevés a mojarte los pies, a moverte en fe, Dios hará el milagro que vos estás precisando frente al desafío que tenés por delante, para que la promesa de Dios se haga realidad en tu vida.

¿Por qué Dios me pone en situación de riesgo? Porque son las situaciones de riesgo las que se convierten en situaciones de fe, y las que se transforman en situaciones de victorias.

Y por dos cosas más, al menos. La primera Josué les dice: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros: La manera de conocer, de experimentar, de vivir la realidad de un Dios viviente en medio de nuestras vidas, es cuando estamos en situaciones que requieren nuestra fe, y la respuesta milagrosa, poderosa, sobrenatural de Dios. Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará (Sofonías 3.17).

Pero hay una razón más, por la cual Dios nos permite pasar por situaciones así. El versículo se completa así:  En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros, y que él echará de delante de vosotros al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo. La razón por la que Dios nos pone frente a este Jordán y nos desafía a creer, es que en el futuro vienen desafíos mayores, riesgos mayores, y victorias maravillosas mayores.

Así que Dios les dice, te estoy poniendo este Jordán delante desbordante, para que tu fe se ejerza, se active, y compruebes que yo estoy en medio de vos, con vos, y haré el milagro, para que cruces, pero para algo más. Para que cuando tengas que enfrentar a desafíos mayores que requieran una fe mayor, y que te den el placer de obtener una victoria mayor, recuerdes que pudiste con el Jordán porque yo estuve con vos.

Y para que jamás se lo olviden, Dios les manda tomar del mismo lugar donde estaban los pies mojados de los sacerdotes 12 piedras y con esas doce piedras levantar un monumento recordatorio para que sus hijos sepan que tienen un Dios poderoso, pero también para que ustedes cuando enfrenten un desafío mayor, miren el monumento, recuerden lo que hice por ustedes cuando ustedes se atrevieron a mojarse los pies. Porque la cuestión no es si se trata de un Jordán o de un ejército enemigo, o siete. De lo que se trata, de lo único que se trata es quién está en medio de vos, en medio de tu situación, en medio de tu enfermedad, en medio de tu crisis, en medio de tu desafío, y si tenés fe como para vos tengas tus Pies Mojados.

Ahora tu piedra más la mía, servirán para construir un monumento de gratitud a Dios, y recordatorio para todos nosotros, un memorial de que Dios siempre estará en medio de nosotros poderoso, mientras nosotros nos mantengamos con los Pies Mojados.