Mi Dios es “deconstruido”

Escrito el 21/10/2022
Mirtha Ferrari


Hace algunas semanas, estábamos disfrutando el picnic de los adultos mayores de nuestra iglesia.

El lema que los identifica es "ACTIVADOS", y aunque esto parezca como sólo una expresión de deseos, un como decir "a las cosas que no son como si fueran", es mucho más que eso, porque es una realidad en la vida de casi todos.

Por supuesto, como en todo grupo humano, sin importar la edad ni la condición social, hay algunas caras largas, y algunos que denotan que está bien, que tienen esperanza, pero que sus heridas o sufrimiento les nublan la visión, y esto no tiene que ver con las cataratas.

Pero hoy te quiero contar que, en ese picnic, después de un desayuno pantagruélico, nos reunimos para cantar y cantamos esas que sabíamos todos, y para escuchar la Palabra, traída por un amigo de cuando éramos jóvenes, el pastor Daniel Perrone, quien con la dulzura que lo caracteriza, desgranó párrafo a párrafo el Salmo 23, por todos conocidos.

Y fue ahí, cuando Daniel compartía acerca del Pastor con mayúsculas, el que hace que nada nos falte, que vino a mí esta frase, la del título: "Dios es DECONSTRUIDO y la mínima mía, no es lo máximo de Dios".

Miraba a todas esas personas, estos ACTIVADOS, y pude entender que si hay alguien "deconstruido" es Dios. Se dice que una persona es deconstruida cuando no tiene temor de romper los esquemas ya establecidos, y cambiarlos por otros más novedosos. Y esto que se quiere implementar ahora para justificar algunas cosas buenas, y otras que no lo son, Dios las estableció desde el principio, y nuestras vidas son ejemplo de esto.

Dios es "deconstruido" cuando me dice, que puede ser que todos me abandonen, pero que él va a estar conmigo siempre. Y encima lo cumple.

Dios es "deconstruido" cuando pone en el corazón de alguien la necesidad de bendecirme, y usa a esa persona para abrazarme y para decirme "todo va a estar bien", aunque la realidad indique lo contrario.

Dios es "deconstruido" cuando me usa a mí para decir palabras que no diría, pero resulta que son la respuesta a tus oraciones.

Dios es "deconstruido" cuando cobrás la mínima, y te dice que tú mínima no es lo máximo de él, y que te va a alcanzar,  y te alcanza y hasta te sobra.

Muchas veces, escuchamos, leemos, nos dicen "hay que deconstruirse". Esto se usa como para justificar lo que no se debe justificar. Establecieron esta expresión como nueva. La dicen los que tienen y proclaman una forma ética moderna, "cool".

Hace poco leí que se está procurando promulgar una ley que permita a los chicos de 16 años decidir si quieren o no esterilizarse de por vida. Y a esto llaman "deconstrucción". Subestimar la posibilidad de ser padres, creyendo que a una edad tan joven se puede decidir algo tan importante, que va a definir el futuro.  No es "deconstrucción", es locura.

Al poco tiempo de convertirme, mi papá se fue de casa y nos dejó sin nada de plata y llenos de deudas. Entre esas deudas, había comprado a crédito unas sillas que nunca pagó, y que por estar deterioradas, no las recibieron cuando quisimos devolverlas. Por lo tanto, todos los meses venían a cobrarlas. Nosotros vivíamos  en un departamento que quedaba en la mitad de un pasillo largo, y siempre estos acreedores venían gritando amenazas desde la calle, para que todos escucharan, con la humillación que esto llevaba, ante la imposibilidad de pagar.

Mi mamá y yo habíamos empezado a congregarnos en una iglesia chiquita. Un día, nos visitó el pastor con la tesorera de la iglesia y nos trajeron un dinero. Como nos negamos a recibirlo, nos explicaron que cada mes, cuando se celebraba la Cena del Señor, se levantaba una ofrenda  que se usaba para casos especiales, y que ellos entendían que saldar esta deuda para que no fuéramos más humilladas, era importante como para invertirla.

Fue prácticamente uno de mis primeros contactos con este Dios "deconstruido". Pero de muchos, muchos, a lo largo de toda mi vida.

Podría enumerarte muchas circunstancias en que la vida iba dirigida hacia un lugar lógico, y este Dios "deconstruido" pegaba el volantazo, y de la nada tornaba lo imposible en posible.

Te cuento otra. Una de las personas más importantes de mi vida, mi nuera, estuvo con riesgo de vida muchas veces.  Pasaron ya 7 años desde que estuvo gravísima. Y a pesar de que después de eso, tuvo algunos otros episodios de cierta gravedad, este Dios "deconstruido" la tiene sirviéndolo de una forma preciosa, con fuerzas, con sabiduría, con unción y con SALUD. Es junto a mi hijo, una de las personas de la que más aprendo, respecto a poner la fe en acción.

Lo que pasa es que esta "deconstrucción" de Dios, es su bendita sobrenaturalidad.

¿Estás necesitando algo loco que sólo Dios puede hacer? Bueno. Entonces, tranqui, ¡DIOS LO PUEDE HACER!!!

En una de sus prédicas, el pastor Mraida hablaba de la paz en medio del tremendo lío que nos toca vivir. Enseñaba acerca de la oración, y dio una fórmula, que en ese mismo momento puse en práctica, y me resultó. ¿Será esto "deconstrucción"?

La fórmula era: petición (esa no la aclaramos porque la tenemos clara)+ emociones (derramar en la presencia de Dios lo que produce en nuestra alma la falta de eso que pedimos) + acción de gracias (hacer memoria con gratitud de todo lo que Dios ya hizo)".

Te cuento que me "deconstruí", expresándole al Señor mis emociones, e inmediatamente, este Dios "deconstruido" trató conmigo y la paz ocurrió.

Esta nota tiene final abierto. El que vos quieras ponerle, que te haga bien, que te parezca.

Yo por mi parte, elijo declarar que mi Dios es deconstruido y que la mínima mía no es lo máximo de él. Así que ahora, me coloco a la espera de su nuevo obrar maravilloso, inesperado.