Conectate a 220: tu potencia

Escrito por
Pr. Carlos Mraida


Vivir en luz es vivir en santidad, es vivir en la luz de la presencia de Dios, es vivir feliz con el rostro iluminado, es ser creativo, es avanzar y progresar en todo lo que nos proponemos, es tener una misión en el mundo encendiendo luces allí donde hay oscuridad.

Una vida está desenchufada cuando estamos desconectados de la fuente de energía y entonces no tenemos ganas

  • Una vida está desenchufada cuando estamos centrados en nosotros mismos,
  • Una vida está desenchufada cuando no conocemos nuestro potencial.
  • Una vida está desenchufada cualquier obstáculo nos frena, Las circunstancias nos limitan.
  • Una vida está desenchufada cuando seguimos luchando con nuestra insignificancia

Gálatas 2.20 es nuestro enchufe para la vida: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

“Con Cristo estoy “juntamente” crucificado”:

Crucificado, tiene una dimensión de muerte, pero tiene una dimensión maravillosa de vida, porque que Cristo vive en mí es la seguridad que puedo vivir su plan, que no es por mi esfuerzo, sino su gracia.

  • Hay dos problemas muy frecuentes entre nosotros:

1. Cuando nos quedamos sin potencia. El diablo nos hace creer que a Cristo lo necesitamos sólo cuando nos convertimos, y cuando necesitamos pedirle algo.  Cuando en lugar de estar conectado a tu fuente de poder que es Cristo reinando en tu vida, seguís como antes, queriendo vos gobernar tu vida, perdés la potencia de lo alto.

Es vivir entronizando el yo, en lugar de crucificarlo. Y cuando en tu vida se produce un apagón del Espíritu, empezás a vivir, siendo cristiano, pero sin alegría, sin pasión, sin para qué.  Y vivís tratando de alimentar y gratificar tu yo, que te engaña haciéndote creer que vas a encontrar alegría, pero resulta que esa alegría es pasajera. El Cristo resucitado vive en vos. Y entonces el poder de su resurrección resucita cualquier cosa muerta en vos.

El Reino de Dios es el Reino del revés, los que quieren vivir con un yo entronizado vivito, reinando, están muertos. Pero los que están juntamente crucificados con Cristo, viven el poder de la resurrección, viven la plenitud de la vida.

2. Cuando pretendemos vivir la vida cristiana sin el poder transformador de Cristo viviendo por nosotros, terminamos quemados.

En este el yo se entroniza para tratar de vivir como Dios quiere pero sobre la base de nuestro esfuerzo. Vivir como Dios quiere sólo es posible si estamos muertos, y es Cristo el que vive en nosotros. La vida cristiana requiere de una fuente de energía mucho más grande que vos y yo. Cuando queremos vivir en el poder de nuestras fuerzas, aún cuando nuestro deseo sea obedecer a Dios, terminamos quemados, frustrados. San Pablo, decía: miserable de mí, lo que quiero no hago, y lo que hago es lo que no quiero.  Pero gracias sean dadas a Dios, por Cristo.

Con Cristo estas juntamente crucificado. Sí es muerte, pero es vida. Porque ya no vivís más vos, ya no tenés que vencer al pecado y a Satanás en el poder de tus fuerzas, ya no tenés que intentar cumplir la ley en tus esfuerzos. Es Cristo viviendo en vos.

  • No podés vivir en luz desconectado de tu fuente de energía. Si vos no estás juntamente con Cristo, en comunión con él, es imposible que puedas brillar.
  • No podés vivir un año de luz usando tu propio generador. Tus fuerzas se acaban, tu fortaleza para no pecar se debilita, tus intenciones se frustran. No apagues al Espíritu Santo en tu vida.
  • No podés vivir un año de luz si desconocés tu potencial: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Si vos no vivís más, pero Cristo vive en vos, ya no hay límites para tu vida.
  • Y todo esto se vive por medio de la fe. No podés vivir un año de luz sin corriente: lo vivo en la fe del Hijo de Dios. Este es un tiempo en donde tu fe tiene que crecer.
  • No podés vivir un año de luz luchando con tu sentido de insignificancia. el cual (Jesucristo)  me amó y se entregó a sí mismo por mí. En Cristo tenés toda la aceptación. ¿Cuántas veces Jesús tiene que morir para que te convezas que te ama?

Si vos creés que Dios te ama y se entregó por vos, entonces te vas a sentir fuerte y seguro, Y vas a empezar a vivir en la fe del Hijo de Dios, y no por vista, sabiendo claramente qué es lo que ahora vivís, sin temor, conociendo tu potencial porque Cristo vive en vos, ya no haciendo más la tuya, ni poniendo tu confianza en vos, sino como un muerto, pero muerto juntamente con Cristo, inseparable de él, para que también el poder de su resurrección se manifieste en vos.